SUTILEZAS DEL MIEDO Y LA ANSIEDAD

Sabemos que el miedo es la forma en que los humanos y muchos mamíferos respondemos a las amenazas del entorno. También sabemos que la ansiedad, con la que frecuentemente se le asocia y/o se le confunde, resulta de la activación de la misma pequeña estructura cerebral llamada amígdala, ubicada en el centro del sistema límbico o “cerebro emocional”. En la clínica psiquiátrica, sin embargo, si queremos entender la subjetividad del paciente y ofrecerle el tratamiento que mejor se adecue a sus necesidades,  es indispensable distinguir entre el miedo como respuesta a amenazas cercanas o inminentes y  toda una gama de manifestaciones de ansiedad que remiten a posibles daños más o menos lejanos en el espacio y el tiempo, y que están marcadas no solo por la respuesta orgánica, sino también  por el contexto, las experiencias previas,  la forma de interpretarlas, etc. Así, por ejemplo, la ansiedad puede referirse a un exceso de autoconciencia en situaciones sociales cotidianas (fobia social limitada a un tipo de situación, como hablar o comer en público, o generalizada al grado de manifestarse por la sola cercanía de otras personas); también puede ser crónica, invasiva y no focalizada (ansiedad generalizada), o ligada en el tiempo a estresores de la vida (estrés postraumático agudo), o puede presentarse en forma inesperada sin que resulte claro el factor que la dispara (ataque de pánico). También puede ser resultado de preocupaciones que tienen que ver con el sentido de la vida o con la muerte. En estos casos pensamos que se trata, más bien, de angustia existencial. TRIESTE,...

LA NEUROBIOLOGÍA DE LAS ALUCINACIONES

Un tema de particular interés en la clínica psiquiátrica es el de las alucinaciones, es decir, de aquellas percepciones sensibles que tienen algunas personas sin que el o los órganos correspondientes reciban un estímulo del exterior y que, sin embargo, se sienten tan reales que no dudan de ellas. Las alucinaciones son uno de los síntomas clave de los trastornos psicóticos como la esquizofrenia, aunque también pueden estar presentes en el trastorno bipolar, la enfermedad de Parkinson e incluso en individuos que no están particularmente enfermos pero sí profundamente deprimidos por duelo, o también en aquellos que consumen alucinógenos que alteran la transmisión de la serotonina y producen sinestesias, como el LSD. Las alucinaciones auditivas son las más frecuentes en la esquizofrenia. Debido a su altísimo nivel intrusivo e incapacitante, es urgente avanzar en el conocimiento de los mecanismos cerebrales que las causan. Como en otros casos, la fuente primaria de conocimiento resultan las lesiones en el sistema nervioso central y así, por ejemplo, se descubrió que las alucinaciones visuales complejas que se presentan en personas con pérdida visual (síndrome de Charles Bonnet) son causadas ya sea por un daño en el sistema de la visión, como la degeneración macular, o bien por lesiones en el área entre el ojo y la corteza visual. Por lo que hace a las alucinaciones auditivas de la esquizofrenia, se estudia con buen pronóstico la posibilidad de que su causa se encuentre en las regiones cerebrales que intervienen en la audición normal, así como en la percepción y producción del lenguaje. Tal parecería que hay una sobreactivación en la corteza auditiva, misma que...

FLASH PSIQUIÁTRICO III

OBJETIVOS DE LA PSIQUIATRÍA POSITIVA Bienestar: Entenderlo no como la ausencia de desórdenes mentales y físicos, sino como un estado psicológico positivo, es decir, como satisfacción con una vida que incluye autoaceptación y nuevos propósitos, dentro de las limitaciones físicas y económicas de cada quien. Se trata precisamente del bienestar que se asocia con una mayor longevidad. Estrés: Disminuir el nivel de estrés percibido ayudando al individuo a reconocer su capacidad real para sobrellevar las demandas y desafíos que enfrenta, a partir de analizar la interpretación subjetiva de los mismos que lo hace sentirse desbordado. Envejecimiento: Ayudar al adulto mayor a adaptarse a las circunstancias, incluida la discapacidad física, como medida indispensable para  mantener una actitud positiva hacia el futuro.  Está clínicamente documentada la mayor longevidad de aquellas personas que valoran la vida misma por encima de la salud física. Crecimiento postraumático También conocido como resiliencia, el crecimiento postraumático refleja la capacidad de recuperación de una persona frente al estrés severo. Son muchos los casos en que esa recuperación llega a manifestarse como mayor apreciación de la vida, cambios drásticos de prioridades, mayor cercanía con los demás, mayor sentido de fortaleza personal y reconocimiento de nuevas posibilidades. IGLESIA DE LA SANTA CRUZ. ZADAR,...

TRASTORNOS DE LA MEMORIA III (última parte)

DEMENCIA VASCULAR Es un tipo de demencia que generalmente afecta a personas mayores de 65 años y que, como el Alzheimer, produce pérdida de memoria y de habilidades cognitivas. La principal causa de la enfermedad es uno o más accidentes cerebrovasculares, conocidos también como infartos, que consisten en la interrupción o bloqueo del flujo sanguíneo a cualquier parte del cerebro durante un período prolongado, produciendo daño permanente por la muerte de neuronas. Si un accidente vascular afecta una zona pequeña del cerebro es posible que no se presente ningún síntoma, es decir, que se trate de un accidente silencioso;  pero con el tiempo, en la medida en que estos se repitan y causen daño a más zonas, es posible que empiecen a surgir síntomas de demencia causada por multiinfartos. Existen también los accidentes cerebrales más grandes, que afectan la fuerza, la sensibilidad u otra función neurológica y que pueden ser la causa principal de la demencia. Son factores de riesgo de los trastornos vasculares los infartos al corazón y la diabetes y la hipertensión  arterial no controladas. Son otros tipos de demencia menos frecuentes la causada por depósitos de proteína en las células nerviosas, llamada demencia con Cuerpos de Lewy y  la demencia fronto-temporal. IGLESIA DE SANTA MARÍA DE LA ISLA, TROPEA, CALABRIA,...

ABUSO, MALTRATO Y NEGLIGENCIA INFANTIL (epílogo)

El abuso sexual intrafamiliar El incesto puede definirse en sentido estricto como la relación sexual entre familiares consanguíneos, por ejemplo, entre una menor y su padre, tío o hermano. En un sentido más amplio, incluye la relación sexual entre una niña y su padrastro o hermanastro. Aunque el incesto más común es el padre-hija, también puede ser de la forma padre-hijo, madre-hija o madre-hijo. En general, el abuso sexual conlleva una serie de pasos que parten de un leve acercamiento y llegan a un verdadero asalto sexual por parte del perpetrador. Un niño o niña seguro de sí mismo puede rechazar abiertamente el acercamiento ya sea verbalizando su disgusto o estableciendo distancia del agresor. Cuando la víctima es débil, insegura o incapaz de darse cuenta de las intenciones del abusador, suelen tener lugar las siguientes fases: a) Acercamiento. El abusador establece una relación especial, de favorito, con la víctima. b) Interacción sexual. La conducta sexual progresa hacia formas más intrusivas de abuso. Cuando esta fase continúa, la víctima se siente confundida y asustada, porque no sabe cuándo se le acerca el perpetrador como figura sexual o parental. c) Secrecía. El abusador amenaza a la víctima para que calle. d) Revelación. Un tercero descubre accidentalmente el abuso al presenciar lo que ocurre, o bien, el menor lo cuenta a otro adulto pidiendo ayuda o recibe atención médica y alerta al profesional a plantear las preguntas correctas. e) Supresión. Con frecuencia el menor se retracta de lo que ha dicho en la fase de revelación, ya sea por presión familiar o porque así lo requiere su propio proceso mental, es decir,...

ABUSO, MALTRATO Y NEGLIGENCIA INFANTIL (tercera parte)

Abuso emocional y abuso sexual El abuso emocional o psicológico ocurre cuando una persona le transmite a un niño o niña la idea de que no vale la pena, que es un fracaso, que su nacimiento no fue deseado, que no se le quiere, que está en peligro de muerte. El abusador puede rechazar, atemorizar, ignorar, aislar o regañar al niño. El abuso emocional incluye agresiones verbales, como palabras de menosprecio, gritos, amenazas, acusaciones o sarcasmos, exponiendo al menor a la violencia doméstica, a la presión excesiva o  conduciéndolo a que se involucre en actividades antisociales. El abuso sexual de menores se refiere al comportamiento sexual entre un niño y un adulto o entre dos menores cuando uno de ellos es significativamente mayor o ejerce coerción sobre el otro. El abusador y la víctima pueden ser del mismo sexo o de sexo opuesto, y la conducta sexual incluye tocamiento de senos, glúteos y genitales, sin importar si la víctima está vestida o desnuda. También cuenta como abuso sexual el exhibicionismo, la felatio, el cunnilingus y cualquier forma de penetración, con el órgano sexual o con algún objeto. El abuso sexual puede referirse a una conducta duradera en el tiempo o a un solo incidente. Además de las formas de tocamiento sexual inapropiado, el abuso sexual también se refiere a la explotación sexual de menores, ya sea con actividades relacionadas con la pornografía o la prostitución.  ...