LOS EFECTOS MENTALES DE QUEDARNOS EN CASA

Con excepción de los pacientes que he atendido telefónicamente o vía skype, me ha hecho falta tener contacto con todos los amigos con los que comparto los efectos del distanciamiento social o, en su caso, la cuarentena y el aislamiento.

Además del miedo al contagio, no es de extrañar que sintamos una enorme frustración y un gran aburrimiento, fundamentalmente porque han cambiado nuestras rutinas y se ha reducido nuestro contacto físico y social. Tampoco es difícil que estemos sumamente ansiosos por no poder llevar a cabo cuestiones que teníamos programadas, como la consulta al dentista, la compra de algo faltante, los arreglos de la casa, los trabajos pendientes y, sobre todo, que estemos angustiados por la falta de productividad y consecuentemente de ingresos. Preparémonos para lo que viene con la certeza de que evitar la cuarentena y propagar la enfermedad hubiera sido una decisión con peores consecuencias.

Si la ansiedad ante la incertidumbre rebasa los niveles que le resultan soportables, pida ayuda médica; si puede sobrellevarlos, ayúdese a reducir el malestar viendo menos noticieros, mantenga contacto virtual con sus amigos, permítase ser compasivo, coma y duerma bien, haga ejercicio, respiraciones profundas y/o meditación.

La imagen es un relieve asirio conocido como El banquete bajo la parra, realizado en el siglo VII A.C.

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