EL ACOSO ESCOLAR O BULLYING (primera parte)

El acoso escolar o bullying es  un problema grave que se da a partir de ciertas actitudes agresivas y violentas adoptadas por uno o varios estudiantes en contra de otro u otros de sus compañeros. El propósito específico del acosador  es ejercer dominio sobre la víctima mediante constantes amenazas, golpes, insultos o humillaciones, para causarle daño físico y/o emocional.

El acoso es en general una relación destructiva y desigual basada en la agresión y el miedo, en la que los principales protagonistas son el acosador y la víctima, pero también suelen tomar parte con distinto grado de significación los testigos y los incitadores. Muchas veces estos últimos intercambian papeles con el acosador  y participan en las distintas formas de ejercicio del bullying, a saber: verbales, físicas o cibernéticas.

El bullying es susceptible de practicarse públicamente y de frente (golpes, maltratos, apodos, insultos, vejaciones) o subrepticiamente, mediante chismes o rumores esparcidos de boca en boca o con la publicación en la red de imágenes humillantes o de información que puede ser falsa o verdadera, pero que necesariamente es íntima y dolorosa.

Para distinguir el bullying propiamente dicho de otras formas de relación nociva, como violencia en las relaciones de pareja o acoso en el trabajo, se han establecido estos criterios:

  • El acoso necesariamente lastima, humilla o daña a la víctima, física y/o emocionalmente.
  • La víctima del acoso no logra que se le deje en paz aunque luche para defenderse.
  • La acción del acosador debe ser intencional y repetida.
  • La víctima le teme al acosador, ya que se ha establecido entre ellos un “desequilibrio de poder”. Quien acosa, ha logrado imponer una imagen de sí mismo, real o ficticia, que lo hace aparecer como más fuerte, más guapo, más listo, más rico, más malo, más audaz, más valiente, más popular, etc.

A las víctimas suele atacárseles por distinguirse de los demás en peso o estatura, por discapacidades físicas o cognitivas,  por diferencias en la orientación sexual o en el estatus socioeconómico; por timidez, retraimiento o dificultad para socializar.

Los acosadores, por su parte, suelen ser agresivos, con poca tolerancia a la frustración, tienen dificultades para acatar las reglas, ven la violencia como algo positivo, suelen tener problemas en el hogar y es posible que ellos mismos sufran acoso en su entorno familiar.

En la próxima entrega veremos el impacto del bullying, cuyas consecuencias pueden ser irreparables.

Según  un titular del periódico Excelsior, México ocupa el primer lugar a nivel internacional en bullying.

 

 

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