PSIQUIATRÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA (quinta parte)

Trastorno opositor desafiante o negativista desafiante

En edad preescolar y hasta antes de cumplir los diez años, un gran número de niños y niñas pasan por una etapa especialmente opositora y quizá agresiva que logra ser controlada por la familia y la escuela. Hay casos, sin embargo, en que la agresividad y el negativismo hacia las figuras de autoridad resultan incorregibles en la etapa temprana y se convierten en verdaderos patrones de conducta que se mantienen a lo largo de la infancia, la adolescencia y la edad adulta. Estamos entonces ante uno de los “trastornos destructivos del control de los impulsos y de la conducta”, según clasifica el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V) al trastorno negativista desafiante.

No hay una causa única para el desarrollo de este trastorno, sino que su aparición depende de la combinación de factores genéticos, psicológicos y ambientales, incluidos el maltrato, el abuso emocional, el abuso sexual, la negligencia y el abandono.

Los criterios del DSM-V para el diagnóstico del trastorno esbozan un patrón de conducta que dure por lo menos seis meses, que se exhiba durante la interacción con un individuo que no sea un hermano y que incluya cuatro de los síntomas que se señalan en las siguientes categorías:

Enfado/irritabilidad

  1. A menudo pierde la calma.
  2. Es muy susceptible o se molesta con facilidad.
  3. Está enfadado y resentido con mucha frecuencia.

Discusiones/actitud desafiante

  1. Discute a menudo con la autoridad y, en el caso de niños y adolescentes, con los adultos
  2. Con frecuencia desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte de figuras de autoridad.
  3. Molesta a los demás deliberadamente.
  4. Culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento.

Vengativo

  1. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos seis meses.

El curso y pronóstico depende de la severidad del trastorno y de la oportunidad con que el niño o la niña sean evaluados por el médico psiquiatra y este determine la presencia o no de otros trastornos frecuentemente asociados, como TDAH, trastorno bipolar, depresión, ansiedad y/o abuso de sustancias, pero en gran medida depende también de la forma en que participe la familia para hacer efectivos los cambios de conducta.

El tratamiento más eficaz incluye terapia individual y familiar; los medicamentos pueden ayudar cuando la conducta opositora/desafiante forma parte de otra condición médica, como depresión, TDAH o psicosis infantil.

 

Bernhard Heisig. Voluntario de guerra

 

ERNHARD HEISIG. Voluntario de guerra

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