PSIQUIATRÍA Y PSICOTERAPIA II

La teoría psicoanalítica, obra del genio de Freud, sirve de fundamento no solo al propio psicoanálisis en tanto que terapia, sino también a una gran variedad de las psicoterapias que tienen mayor aceptación entre clínicos y pacientes.

Tal como lo pensó Freud, el psicoanálisis es un método de curación de algunos trastornos mentales y, al mismo tiempo, una teoría psicológica cuyos principios fundamentales sostienen  a) la existencia de procesos psíquicos inconscientes; b) los factores sexuales en el origen de las neurosis y también en el de las más altas creaciones (sublimación); c) el aparato psíquico compuesto por tres fuerzas: el ello, que contiene lo heredado, los instintos, lo reprimido;  el yo, que tiene la cualidad de ser consciente,  controlar las demandas del ello,  servir de enlace entre el ello y el mundo exterior, responder a los estímulos mediante adaptación o huida, buscar el placer y evitar el displacer; y el superyó, que contiene las superestructuras morales y sociales constituidas por prohibiciones y censuras acumuladas y consolidadas desde la infancia.

Del contraste entre el ello y el superyó nacen, según Freud, los sueños, los actos fallidos, los trastornos mentales y los denominados complejos o mecanismos relativamente constantes en todos los seres humanos, paradigmáticamente el complejo de Edipo.

En cuanto a la técnica psicoanalítica, resultan fundamentales el método de la asociación libre,  que permite acceder a las representaciones inconscientes eliminando las defensas y la resistencia; la interpretación de los sueños, los lapsus, los actos fallidos, etc.; y la transferencia o atribución de conocimiento y autoridad al psicoanalista. Siguiendo esos pasos se espera llegar a la cura, que no es otra cosa que un yo fortalecido, que no padece a causa de sus síntomas y que ha superado sus angustias e inhibiciones.

En principio, el psicoanálisis está indicado para el tratamiento de las llamadas psiconeurosis, que incluyen los trastornos de ansiedad, el pensamiento obsesivo, las conductas compulsivas, los trastornos de conversión, las disfunciones sexuales, los estados depresivos y otros trastornos no psicóticos, mientras que está contraindicado cuando el paciente no tiene un genuino interés en conocerse realmente, no tiene tolerancia a la frustración, no es suficientemente honesto con el psicoanalista y no tiene capacidad de pensamiento abstracto y simbólico.

Por su larga duración (un promedio de tres a cinco años) que redunda en el costo y por sus requisitos de habilidades verbales y cognitivas, el psicoanálisis ha ido dando paso a otras modalidades de tratamiento.

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FREUD VISTO POR DALÍ

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