Las disfunciones sexuales 3: disfunción eréctil
La disfunción eréctil es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria. Se trata de la queja de mayor incidencia en las consultas médicas, psiquiátricas y psicológicas relacionadas con la sexualidad.
Aunque son muy raros los casos de disfunción eréctil permanente (1% de los hombres menores de 35 años), la disfunción adquirida se presenta entre el 10 y el 20% de los hombres, produciéndoles sensaciones de indefensión, baja autoestima e impotencia; de esta última le viene el nombre histórico.
La excitación masculina es un proceso en el que participan distintas áreas cerebrales como la amígdala, el hipocampo y el sistema límbico, así como las hormonas, las emociones, los nervios, los músculos y los vasos sanguíneos, de ahí que la disfunción eréctil pueda obedecer a distintas causas físicas; sin embargo, entre los jóvenes y los hombres de mediana edad las causas suelen ser mayormente psicológicas: depresión, ansiedad, estrés, prohibiciones morales, sensación de inadecuación, miedos, y entre estos el miedo a la impotencia, frecuentemente reportado en hombres que llegan a los 60 años.
Entre las causas físicas de la disfunción están las enfermedades cardiovasculares, los trastornos renales y urológicos, enfermedades pulmonares, endocrinas, neurológicas, así como el uso de medicamentos y el consumo de sustancias tóxicas.
Dependiendo de la causa y la severidad de la disfunción, existen distintos tratamientos psicológicos y farmacológicos con probados buenos resultados.