REFLEXIONES DESDE LA PSIQUIATRÍA Y EL PSICOANÁLISIS

La cercanía de la muerte y los cuidados paliativos

Hacia el final de la vida, la sintomatología psiquiátrica incluye prácticamente en todos los casos síndromes ansiosos y depresivos, así como estados confusionales. El predominio de uno sobre otros depende sobre todo de la edad del paciente, pero casi siempre coexisten. Aunque por lo general estos síndromes son secundarios a la enfermedad en fase terminal, es indispensable tratarlos farmacológicamente y con cualquier otro método terapéutico que alivie los síntomas, pues no podemos olvidar que nuestro principal objetivo es mejorar la calidad de vida del paciente, y esto incluye evitarle el dolor y los malestares físicos, ayudarlo a enfrentar sus emociones y apoyar el ejercicio de sus derechos que, según la legislación mexicana son:

  • Recibir atención médica integral.
  • Ingresar a las instituciones de salud cuando requiera atención médica.
  • Dejar voluntariamente la institución de salud en que esté hospitalizado…
  • Recibir un trato digno, respetuoso y profesional procurando preservar su calidad de vida.
  • Recibir información clara, oportuna y suficiente sobre las condiciones y efectos de su enfermedad y los tipos de tratamientos…
  • Dar su consentimiento informado por escrito para la aplicación o no de tratamientos, medicamentos y cuidados paliativos adecuados a su enfermedad, necesidades y calidad de vida.
  • Solicitar al médico que le administre medicamentos que mitiguen el dolor.
  • Renunciar, abandonar o negarse en cualquier momento a recibir o continuar el tratamiento…
  • Optar por recibir los cuidados paliativos en un domicilio particular.
  • Designar a algún familiar… para el caso de que, con el avance de la enfermedad, esté impedido a expresar su voluntad.
  • A recibir los servicios espirituales, cuando lo solicite él, su familia… o persona de su confianza…

Y también a suscribir el llamado Documento de Voluntad Anticipada, por el que una persona manifiesta su voluntad de no someterse a tratamientos o procedimientos médicos como la resucitación cardiopulmonar o la intubación, que prolongan la vida.

 

Siempre que sea posible, el psiquiatra instrumentará también un plan de intervenciones psicológicas con la familia, pues la respuesta unitaria de sus miembros es fundamental para abrirse al diálogo con el enfermo y hacerle sentir su cercanía, gratitud, comprensión y aquellas emociones que hagan más significativa la despedida. Al mismo tiempo, les ayudará a aclarar los puntos de vista divergentes respecto de la enfermedad y su tratamiento y, sobre todo, a decidir, si no es posible hacerlo con el propio paciente, cuándo es el momento de abandonar los cuidados curativos para dar paso a los paliativos que requieren establecer un régimen de control del dolor, tanto el somático o visceral que responde bien a los opiáceos, como los dolores neuropáticos o del sistema simpático, que requieren tratamientos complejos. Otros síntomas comunes del fin de la vida son los asociados con el sistema gastrointestinal, las úlceras de decúbito, el prurito, la incontinencia, etc., además de los psiquiátricos ya mencionados de ansiedad, depresión y confusión.

La siguiente decisión difícil para el paciente y/o sus familiares es la elección del mejor lugar para esperar la muerte: el hospital o la casa.

En la próxima entrega trataremos el tema del duelo.

edvard-munch-la-muerte-en-el-cuarto-del-enfermoEDVARD MUNCH. La muerte en el cuarto del enfermo

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