REFLEXIONES DESDE LA PSIQUIATRÍA Y EL PSICOANÁLISIS

Aflicción, duelo y luto

Con algunas diferencias semánticas, los tres términos refieren a las reacciones de las personas que sufren la muerte de un ser querido.

La aflicción o sentimiento de pérdida es la respuesta psicológica y física ante  esa muerte; el duelo es el tiempo que dura la aflicción hasta que se acepta la pérdida y se reintegra el doliente a su nueva realidad, y el luto, por su parte, es el conjunto de manifestaciones sociales y culturales asociadas, como servicios funerarios, ceremonias, rezos, etc.

Nos interesan particularmente los dos primeros, porque la aflicción y el duelo son muy similares en cuanto a los síntomas, desarrollo y resolución. La aflicción y el duelo son procesos normales que causan por igual efectos psicológicos (sentimientos de ira, culpa, ansiedad, tristeza, desesperación, soledad, etc.) como físicos (trastornos del sueño, de la alimentación, del sistema inmunológico, enfermedades oportunistas y otros malestares), que sin embargo disminuyen sensiblemente en un plazo que oscila entre seis meses un año, pues aunque casi nunca desaparecen por completo, esos sentimientos quedan circunscritos a ciertos recuerdos y a ciertas situaciones desencadenantes.

Pero los síntomas tanto de la aflicción como el duelo pueden complicarse. Los casos más frecuentes son el  duelo anticipado que, aunque puede preparar para el momento en que ocurra la muerte real del ser querido, se asocia normalmente con depresión; en el caso de muertes violentas o inesperadas (desastres, suicidio), estamos ante un duelo traumático, en el que coexisten la sintomatología propia del duelo y la que se refiere al estrés causado por el trauma. Un tercer tipo es el duelo postergado, en el que los síntomas aparecen tiempo después de ocurrida la pérdida, las más de las veces porque se asocia con culpa, inconscientemente se le niega y solo se enfrenta cuando se presenta un evento desencadenante que puede no tener ninguna relación. Se considera que un duelo es complejo cuando, lejos de aliviarse, los síntomas se agudizan con el tiempo y hallamos en el plano médico exacerbación de enfermedades existentes o vulnerabilidad a otras nuevas y, en el psiquiátrico, trastorno depresivo mayor, estrés postraumático, incremento del tabaquismo, aumento en el consumo de alcohol y otras sustancias tóxicas y riesgo alto de suicidio.

 

edvard-munch-melancolia

EDVARD MUNCH. Melancolía.

Enviar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.