Las disfunciones sexuales 2: trastorno del deseo, el interés y la excitación
En el caso de las mujeres, el trastorno se caracteriza por la ausencia o la disminución significativa del interés en la actividad sexual cuando, en un plazo de por lo menos seis meses, se ausentan también las fantasías sexuales, los pensamientos eróticos, la capacidad de respuesta a los intentos de la pareja por iniciar la relación, la excitación o el placer una vez iniciada la relación, la respuesta a cualquier estímulo erótico, ya sea verbal, escrito o visual, o cuando no se tienen sensaciones genitales o no genitales durante la relación sexual.
La disfunción sexual puede afectar a mujeres de todas las edades, y puede deberse a factores hormonales o asociados con la menopausia o con alguna condición médica como la hipertensión o la diabetes, pero en muchos casos la disfunción se presenta por problemas en la relación de pareja, por inhibiciones y traumas sexuales, por miedo al embarazo, etcétera.
La disfunción sexual femenina se ve frecuentemente acompañada de trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, ataques de pánico, fobias y trastorno bipolar.
En el varón, el trastorno de deseo sexual hipoactivo se define por un solo criterio sintomático que consiste la ausencia o reducción significativa de las fantasías o pensamientos sexuales o eróticos y la ausencia o reducción significativa del deseo de tener actividad sexual, durante un periodo de al menos seis meses.
Las causas de la hipoactividad sexual masculina incluyen enfermedades vasculares, bajos niveles de testosterona o estrógeno, andropausia, alto consumo de alcohol, tabaquismo, medicamentos antihipertensivos y algunos antidepresivos, así como factores psicosociales como la violación, el abuso sexual infantil, los problemas en la relación de pareja, y algunos trastornos psiquiátricos como la depresión mayor, el trastorno de pánico, elevados niveles de estrés y ansiedad, etcétera.
Las sintomatologías psiquiátrica y fisiológica suelen tratarse con fármacos, pero tanto en los casos de mujeres como de varones está indicada además la psicoterapia.
HENRI MATISSE. La conversación.