RESILIENCIA II

El tema de la resiliencia es de interés médico, psicológico, educativo e incluso epidemiológico, de ahí que algunas veces se le haya asociado con  la salud mental en términos de  ausencia de psicopatologías. Pero evidentemente es mucho más acertado pensar en la resiliencia desde un punto de vista positivo y poner el acento en que la posibilidad de recuperarse tras vivir experiencias traumáticas o dolorosas constituye un factor de protección contra el desarrollo de trastornos mentales y el riesgo de cometer suicidio o de intentarlo.

Es importante recalcar que la resiliencia no tiene que ver con ser inmune al sufrimiento o insensible al dolor, sino con volver a alcanzar cierto grado de bienestar después de vivir situaciones adversas, e incluso con la posibilidad de madurar, desarrollarse o volverse mejor persona luego de atravesar condiciones extremadamente penosas.

La resiliencia tampoco se limita a algunos de sus componentes, como buen manejo del estrés, buen control mental o adaptabilidad, sino, más bien, con los siguientes aspectos propios del concepto:

  • Habilidad para obtener resultados positivos en situaciones de alto riesgo
  • Habilidad para funcionar competentemente en situaciones de estrés crónico o agudo
  • Habilidad para recuperarse del trauma

 

La próxima semana veremos las características específicas cuya presencia o falta indican la capacidad de resiliencia de una persona, así como las distintas formas de entenderla: como un estado, una condición o una práctica.


EOGHAN BRIDGE. Comunicación

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