Trastornos relacionados con la marihuana o cannabis
La marihuana es la droga ilegal de mayor consumo en el mundo, cuyos efectos físicos más comunes son la dilatación de los vasos del tejido conjuntivo (ojos enrojecidos) y una taquicardia leve. Otros síntomas frecuentemente referidos son el aumento de apetito y la sequedad de la boca, pero estos son indicadores ya no solo del consumo, sino de intoxicación. Los daños físicos que potencialmente puede causar el consumo de cannabis se asocian con la inhalación de los mismos hidrocarburos carcinógenos presentes en el tabaco convencional y, como los fumadores de tabaco, también los de marihuana están expuestos a las enfermedades respiratorias crónicas y al cáncer de pulmón. Más graves aun, aunque más raros, son la atrofia cerebral, la susceptibilidad a los ataques, daño cromosómico, defectos de nacimiento, alteraciones en la concentración de testosterona y desregulación del ciclo menstrual.
Desde el punto de vista de la psiquiatría, los riesgos más frecuentes son la dependencia (con características similares a las que vimos en relación con la adicción al alcohol) y la intoxicación, en la que los consumidores de cannabis pueden manifestar ideación paranoide pasajera, intensidad en los colores, apreciación subjetiva de un transcurso lento del tiempo y, en dosis más altas, desrealización y despersonalización. Más raros, pero más graves, son los trastornos de ansiedad y psicótico inducidos por la droga. En el primer caso, muchas veces entre consumidores moderados, la ansiedad suele manifestarse como ideación paranoica y ataque de pánico. El trastorno psicótico, por su parte, se asocia más bien con un trastorno psicótico preexistente. En estos casos, el uso de la droga suele ser el detonante de la aparición de delirios y alucinaciones, propios de la fase “florida” de la psicosis.