LAS ONDAS CEREBRALES

Es sabido que el cerebro es el sistema más complejo de que se tiene conocimiento. Su red de más de 86 mil millones de neuronas se comunica entre sí, con el cuerpo y con el mundo externo de diversas maneras, entre ellas, la electricidad. En el campo de la psiquiatría, resulta de particular interés el acceso a la actividad neuronal mediante la imagen de las señales eléctricas, es decir, mediante la forma o apariencia de las ondas que se producen en el cerebro en relación con el aprendizaje, el pensamiento, las emociones y la conducta, mismas que han podido ser identificadas según su frecuencia o patrón rítmico, medido en hertz. Ese es el “lenguaje” con el que nos habla el cerebro. Por su frecuencia, de menor a mayor, las ondas que conocemos hasta el momento son: DELTA (de 1 a 4 hz), presente durante el sueño, sobre todo en el sueño profundo, y la meditación. Es más frecuente encontrarla en bebés y niños muy chicos. THETA (de 4 a 8 hz), asociada fundamentalmente con la creatividad, la intuición y los procesos de meditación. Es también un punto de acceso al inconsciente. ALPHA 1 (de 8 a 10 hz) dominante en los estados de relajación y calma. ALPHA 2 (de 10 a 12 hz) indicativa de los estados de alerta y procesamiento rápido. En su conjunto, la actividad de ALPHA se asocia con la reflexión interna, la sincronía cerebral y el rendimiento óptimo. SMR (de 12 a 15 hz) tiene que ver con el control de la motricidad. BETA (de 12 a 25 hz) su actividad está asociada con la...

MAPEO CEREBRAL

Un elemento fundamental para el diagnóstico de los trastornos psiquiátricos que comentamos en semanas anteriores es el mapeo cerebral, también llamado electroencefalograma cuantitativo o qeeg. El electroencefalograma cuantitativo o mapeo cerebral  es una muestra de la actividad eléctrica del cerebro detectada desde el cráneo, por tanto, una técnica de visión de la actividad neuronal no invasiva, que permite un análisis puntual de la actividad de las ondas cerebrales, del ritmo en el que se produce la comunicación neuronal, correlato necesario de nuestro estado mental, homeostático, es decir, equilibrado en el mejor de los casos, o asociado estructural o funcionalmente con la sintomatología propia de la ansiedad, la depresión, la demencia, el trastorno obsesivo-compulsivo, la esquizofrenia, los trastornos del aprendizaje, del neurodesarrollo, de la personalidad, el déficit de atención con hiperactividad o sin ella, entre otros de los problemas que aquejan a gran parte de la humanidad y que requieren intervención psiquiátrica. Si bien para un diagnóstico claro e inequívoco no basta el puro mapeo, ya que en el surgimiento y desarrollo de un trastorno mental intervienen factores genéticos, familiares, ambientales, etcétera, de los que el especialista se informa mediante el levantamiento de una historia clínica y de distintas pruebas psicológicas y neuropsiquiátricas, sí resulta decisivo para la elección y eficacia objetiva  del tratamiento que se indique en cada caso, que puede ser farmacológico, psicoterapia, neurofeedback o una combinación de ellos, evitando así errores diagnósticos y de tratamiento que pueden ocurrir con la sola exploración clínica. Entre la información que brinda al especialista, un mapa cerebral incluye la frecuencia y distribución de las ondas cerebrales, su amplitud, simetría, coherencia, proporción...