SALUD MENTAL Y FÍSICA, PANDEMIA Y POSPANDEMIA

SÍNDROME POST-COVID 19

Dejé correr las primeras semanas de enero con la esperanza de traer como tema las novedades sobre la estrategia y el proceso de vacunación de los mexicanos. Lo siento, todavía no hay noticias alentadoras. Siguen en cambio creciendo aceleradamente el número de contagios y muertes de esta enfermedad de la que falta tanto por conocer.

Para reforzar la convicción de que debemos cuidarnos más que nunca y evitar contagiar y contagiarnos, voy a citar algunas de las respuestas físicas inmediatas a la infección y, con mayor preocupación, los posibles efectos a largo plazo.

Es bien sabido que entre los síntomas más frecuentes que anuncian temprano la aparición del virus y que pueden ir de leves a severos están: fiebre, tos, cansancio y en muchos casos pérdida del gusto y el olfato, así como dificultad para respirar, dolores musculares y de las articulaciones, dolor de cabeza y de pecho, taquicardia, problemas de memoria, de concentración y del sueño, erupciones y pérdida del cabello.

También se ha difundido ampliamente que la mayor parte de las personas que contraen el coronavirus 19 se recuperan completamente en unas semanas. Lamentablemente, sin embargo, cada vez hay más registros clínicos y hospitalarios de personas de distintas edades, incluidos mujeres y hombres jóvenes y sanos, que continúan presentando síntomas después de su recuperación inicial.

Esto que ahora se conoce como SÍNDROME POST-COVID y que puede llevar a la muerte a quien lo sufre, incluye daños causados por el virus a distintos órganos, particularmente el corazón (daño duradero en el músculo cardíaco), los pulmones (problemas respiratorios a largo plazo y daño a los alveolos)  y el cerebro (accidentes cardiovasculares, convulsiones, parálisis temporal, riesgo de desarrollar Parkinson y Alzheimer). A estos daños se añaden los problemas de coagulación sanguínea que pueden causar ataques al corazón y accidentes cardiovasculares, así como daños pulmonares, hepáticos y renales.

No podemos olvidar, por último, los problemas del estado de ánimo y de fatiga de los que hablamos en una entrega anterior. Y menos todavía podemos olvidar la importancia de evitar las aglomeraciones, usar el cubrebocas, mantener la sana distancia y el lavado de manos.

Arco de Trajano. Ruina romana en Timgad, Argelia.

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