PSIQUIATRÍA DE LA INFANCIA Y LA ADOLESCENCIA

Introducción De la salud mental de nuestros hijos depende que desarrollen plenamente las destrezas y habilidades que les permitirán una buena calidad de vida y un buen funcionamiento familiar, escolar y social. De nosotros depende reconocer signos y síntomas que, cuando se vuelven persistentes, indican generalmente problemas que requieren atención del especialista, pues pueden afectar la vida presente y futura del menor y de toda la familia. Ahora es sabido que muchos de los problemas psiquiátricos que padecen los adultos se originaron antes de cumplir catorce años. Principales indicadores de riesgo: Cambios en el estado de ánimo, por ejemplo, que el niño o la niña se muestre realmente triste sin causa aparente, muy enojada la mayor parte del tiempo, llorón, culpable, más preocupada que otros niñas o niños de su edad, extremadamente temeroso, insegura de sí misma y de su aspecto físico; que tenga pesadillas persistentes. Cambio de hábitos y conductas, como bajar de calificaciones en la escuela, perder interés en juegos y actividades que antes le gustaban, cambios inexplicables en sus horas de sueño o en su forma de comer; que sueñe mucho despierta y no haga los deberes; que se aísle y evite el contacto con amigos y familiares, que se autolesione, que llegue a hablar de suicidio. Rasgos que se hacen notar claramente como poca concentración, dificultad para tomar decisiones; dificultad para estarse quieto y para prestar atención; realizar rutinas extrañas durante el día, incluida la necesidad de lavarse constantemente las manos o de tener sus cosas bajo cierto orden. Comportamientos que causan problemas, como consumir alcohol o drogas, recurrir al vómito, a los laxantes o...

USO DE SUSTANCIAS Y ADICCIONES (décima y última parte)

MAL USO Y ABUSO DE BENZODIACEPINAS Las benzodiacepinas (clonazepam, alprazolam, lorazepam, etc.) son medicamentos indicados para el tratamiento de la ansiedad y el insomnio, por lo que constituyen en nuestra época el grupo de fármacos más prescritos. Estas sustancias actúan intensificando el efecto del neurotransmisor GABA (ácido gamma-aminobutírico), responsable de reducir la actividad de las neuronas que causan el estrés y la ansiedad. Por sus efectos hipnóticos y por ser además relajantes musculares, las benzodiacepinas se emplean también como sedantes preanestésicos y como auxiliares en el tratamiento del síndrome de abstinencia del alcohol. El uso prolongado de las benzodiacepinas ha sido controversial, porque se han considerado como posibles efectos adversos la tolerancia y la dependencia. Estudios recientes, sin embargo, permiten clasificar como pacientes susceptibles de desarrollar realmente dependencia a los llamados politoxicómanos, que entre otras sustancias también consumen benzodiacepinas; a los alcohólicos que abusan de los medicamentos que les fueron prescritos para tratar la ansiedad crónica y el insomnio y, con mucho menor frecuencia, a los pacientes con trastornos de pánico que requieren dosis altas del fármaco. El panel de investigadores del llamado “Estudio internacional de la opinión de expertos en el uso terapéutico de las benzodiacepinas y otros medicamentos psicoterapéuticos”, del National Center for Biotechnology del gobierno de los Estados Unidos, concluyó por mayoría que las benzodiacepinas no plantean un alto riesgo de dependencia y abuso en el tratamiento de los trastornos de ansiedad, e incluso señalan que el beneficio del medicamento rebasa con mucho sus riesgos potenciales, incluido el síndrome de abstinencia que, cuando se presenta, debe atenderse mediante la disminución paulatina de la dosis de la...

USO DE SUSTANCIAS Y ADICCIONES (novena parte parte)

TRASTORNOS POR USO Y ABUSO DE COCAÍNA Hasta hace unos años, el consumo de cocaína estaba restringido a las clases socioeconómicamente más altas; actualmente, sin embargo, en nuestro país y en buena parte del mundo occidental está considerada como la segunda droga ilegal de mayor consumo, quizá ya no tanto como “polvo” para inhalar o inyectarse, pero sí en su versión de “crack” o “piedra”, que es extremadamente potente, de acción inmediata y sumamente adictiva, pues por la sensaciones de lucidez, optimismo y bienestar que produce, es capaz de generar dependencia psicológica desde la primera experiencia. La cocaína logra su efecto euforizante al aumentar la liberación de la dopamina, que es el neurotransmisor relacionado con los circuitos cerebrales que regulan el placer y el movimiento, al mismo tiempo que evita su recaptación o inhibición durante el tiempo que dure la acción de la droga. Su uso reiterado y frecuente trae consigo no solo la dependencia psicológica del estado placentero, sino la tolerancia y la necesidad de mayores dosis, lo que termina por alterar la neurotransmisión dopaminérgica y con ello el sistema cerebral de recompensa. Es entonces cuando surgen las complicaciones psiquiátricas que incluyen cuadros depresivos caracterizados por tristeza, desinterés sexual e impotencia, irritabilidad, ansiedad, insomnio, pérdida de peso, dificultad de concentración y suspicacia, así como crisis de pánico,  episodios maníacos y psicosis con síntomas paranoides. Sus efectos físicos indeseables incluyen crisis hipertensivas, arritmias, infarto de miocardio, hemorragias cerebrales, convulsiones, coma, paro respiratorio o cardíaco y muerte. La adicción a la cocaína es difícil de tratar y lograr la desintoxicación suele requerir hospitalización. Actualmente no existen fármacos confiables para manejar...

Trastornos psiquiátricos asociado con el consumo de opiáceos II

Además de ilegal, la heroína es la droga opiácea más adictiva. Por lo general se consume inyectada, inhalada o fumada, y aunque por vía intravenosa su efecto es casi inmediato (10 segundos), las otras vías también permiten que la droga llegue muy rápido a  los receptores opioides del cerebro vinculados con la percepción del dolor y el bienestar, pero también a los receptores que se localizan en el tallo cerebral y se asocian con procesos vitales, como la presión sanguínea y la respiración. De ahí que el efecto más frecuente de una sobredosis sean el estado vegetativo y la muerte. Otras complicaciones somáticas graves son principalmente las infecciones ocasionadas por el consumo inyectado de la droga, en particular, las hepatitis B y C y el VIH. La tolerancia y la dependencia son efectos psiquiátricos comórbidos en un 90% de los casos con trastorno depresivo mayor, trastorno por consumo de alcohol, trastorno de personalidad antisocial y trastornos de ansiedad. Según estimaciones recientes, el 15% de heroinómanos intentan el suicidio al menos una vez. El proceso de desintoxicación y el tratamiento del síndrome de abstinencia consisten por lo general en la sustitución de la heroína, cuyo efecto es de corta duración, por otro opiáceo de vida media más larga, que deberá ser legal y disminuirse progresivamente para evitar efectos adversos y asegurar el abandono de la adicción a la heroína y no adquirir el de la nueva droga. Prácticamente todas las modalidades psicoterapéuticas (individual, de grupo, familiar, cognitiva conductual, etc.) son de gran ayuda en el tratamiento de los trastornos relacionados con la dependencia de...